Actualizado el jueves 13/NOV/14

Evangelio para los esposos

Bodas de Caná. 

Es interesante ver que Jesús quiso comenzar su vida pública de milagros en una fiesta de bodas, indicándonos con ello el aprecio que el Señor tiene por el matrimonio católico y por la familia.

Y la Virgen fue quien se percató de que en la fiesta no había vino, y recurrió a su divino Hijo para obtener de Él el primer milagro.

Es que María se preocupa por la vida familiar y está atenta a todo lo que pasa en la familia, especialmente por lo que le sucede al matrimonio que la fundó.

Entonces los esposos siempre deben saber recurrir a Jesús y en especial a María, que se interesa también por lo material y lo transitorio, pues Ella bien sabe que a veces los hombres necesitamos de lo sensible y de las alegrías terrenas para alcanzar la Alegría definitiva del Cielo.

Y el primer milagro fue la conversión de agua en vino. Es decir que el Señor no es un aguafiestas, sino que nos provee del vino, es decir, de la alegría. Y lo hace a pedido de María, su Madre santísima.

En el matrimonio cristiano muchas veces se necesitará cambiar el agua en vino, las amarguras y tristezas de la vida en común, por la alegría del Señor, que quiere vivir en medio de los esposos y unirlos cada vez más, hasta hacerlos no sólo esposos, sino amigos y hermanos uno del otro.

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