PortadaActualizado el martes 14/ENE/14

Máximas mundanas

“Hay que divertirse”. 

Una sana recreación es un bien para el alma. Pero esa manía de estar todo el día divirtiéndose, perdiendo el tiempo en pasatiempos inútiles y no pocas veces pecaminosos, no viene de Dios, sino del Maligno, que busca mantener entretenidos a los hombres en bagatelas, en juegos y diversiones para que no piensen en sus destinos eternos, en la muerte que a todos llegará inexorablemente, etc.

Si la humanidad se detuviera un momento a pensar en estas dos palabras: “infierno y eternidad”, muy pronto cambiaría la faz del mundo. Pero Satanás y el mundo en que vivimos, hacen de todo para que la humanidad siga “divirtiéndose” y no piense ni medite en las postrimerías, lo que la llevaría a un cambio de conducta y a su salvación temporal y eterna.

Porque hay que saber que cuando uno deja de lado a Dios, no sólo pierde el bien eterno, el Cielo, sino que también, paulatinamente va perdiendo los bienes terrenos también, como la paz, la felicidad, la concordia, la alegría, y así el mundo se va volviendo cada vez más una selva en que ya no se puede vivir sin pisotear a los demás.

Abramos los ojos y detengámonos al costado del camino a meditar hacia dónde vamos, y qué es lo que estamos haciendo de nuestro tiempo de vida, el único que tenemos para ganarnos el Cielo y evitar el Infierno.

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