PortadaActualizado el miércoles 10/DIC/14

Tentaciones carnales

Más almas al infierno. 

La Santísima Virgen de Fátima reveló a la beata Jacinta Martos, vidente de estas apariciones, que los pecados que más almas llevaban al infierno, eran los pecados de la carne.

Siendo la cosas así, y mirando cómo está el mundo y desde 1917, fecha de las apariciones, hasta este tiempo, ¡cómo se han vuelto las modas cada vez más indecentes!, podremos comprender la innumerable cantidad de almas que se pierden en estos tiempos.

Es que el pecado de impureza es el más tentador, y desmantela toda el alma. Por eso el demonio, en el desierto, comenzó a tentar a Jesús con por la carne, es decir, por el pan, por la materia, por la sensualidad.

Cuando uno comete un pecado impuro, queda a los pies del Maligno, que entonces puede continuar en nosotros la obra demoledora, haciéndonos pecar cada vez más, y llevándonos incluso al adormecimiento de la conciencia y la anestesia del remordimiento, que es una gracia del Espíritu Santo, que nos da para que nos arrepintamos y salgamos del pecado.

Recordemos siempre que el pecado más fácil de evitar es el primero, porque después del primero viene una cadena de pecados que nos ata y esclaviza al demonio.

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