Escuela del sufrimiento. 

Si queremos ser ayuda en el camino para nuestros hermanos que sufren, será necesario que aprendamos en la escuela del sufrimiento, porque para poder guiar a las almas en el camino del dolor, hay que haber experimentado el dolor.

Es lo que Dios mismo quiso hacer, porque Él, como Dios que es, conoce todo a la perfección. Pero igualmente quiso encarnarse y hacerse Hombre, para padecer y morir, y vivir en carne propia lo que significa ser hombre con todas sus miserias y padecimientos, menos el pecado.

También nosotros, si queremos ayudar a los hermanos que sufren, el Señor nos hará pasar por pruebas, para que aprendamos a compadecernos de ellos, y que no sepamos sólo en teoría, sino que al vivir en carne propia lo que otros viven, sepamos aconsejar y tener mano bondadosa y dulce para con quienes sufren mucho.

Cuando estemos medio desesperados, tristes, angustiados, recordemos que Cristo mismo pasó por esos estados, para poder ser nuestra ayuda en el camino, para poder entendernos en esos momentos y compadecerse de nosotros. No nos avergoncemos de tener esos estados, pues el Hijo de Dios también los experimentó y sabe lo que son, sabe muy bien cómo postran al alma, y entiende y compadece y ayuda, con mano paternal y tierna.

Así que bendigamos al Señor cuando nos envíe una prueba dolorosa, sea cual fuere, porque la experiencia que cosecharemos, será de grandísima ayuda para saber consolar y guiar a los que pasan por situaciones similares.

 

 

 

 

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