Vivir el dogma de la Comunión de los Santos. 

Muchas veces nos sentimos solos en la vida, desanimados, decaídos. Y es que Satanás hace de todo por volvernos instrumentos inútiles. Es entonces que debemos echar mano a un recurso que la Divina Providencia ha puesto a nuestro alcance: vivir plenamente la Comunión de los Santos.

Efectivamente no estamos solos en la vida, no estamos solos en la lucha contra los enemigos del alma, sino que el Señor ha dispuesto que estemos muy unidos a los Santos que ya gozan del Cielo, y también a las Benditas Almas que se purifican en el Purgatorio.

No estamos separados, sino muy unidos, y por ello debemos invocar a los Santos y encomendar nuestros asuntos a las Benditas Almas, pues ellos están pendientes de nosotros, de que los llamemos en nuestro auxilio, ya que su ayuda está muy condicionada a que los invoquemos.

El dogma de la Comunión de los Santos es una realidad tan estupenda, que sólo descubrirá quien haga el propósito serio de comenzar a vivirla. Quien así lo haga, verá cómo es socorrido de manera admirable y milagrosa en todas sus pruebas. Quien ofrezca sacrificios y oraciones por las Almas del Purgatorio, tendrá una especie de seguro contra todo riesgo, que lo ayudará a sortear los avatares de la vida, y así será una gran ayuda en el camino hacia el Cielo.

 

 

 

 

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