Actualizado el viernes 1/MAR/24

Ejemplos de la protección del Escapulario del Carmen

Ejemplo 58.

 

El P. Pablo de los Santos nos dice que en Praga había un caballero noble, llamado Juan Bta. Castelo, cuya esposa, Bárbara, era devotísima del Santo Escapulario y muy observante en todo cuanto se prescribe para lucrar la Indulgencia Sabatina, de todo lo cual se burlaba el incrédulo esposo, tomándolo a guasa y chacota. Sufríalo y soportábalo con gran paciencia la devota señora, pero un día le dijo:

–“No tomes a chanza y burla las cosas de la Virgen Santísima, no sea que atraigas sobre ti la cólera y el enojo del Señor”.

Y nunca tal dijera ni pensara, pues de allí a pocos días le sobrevino una penosa enfermedad, que se fue agravando día tras día, hasta perder del todo la vista. Seis meses estuvo así, sin la menor esperanza de remedio, aunque llamó a los más célebres doctores de toda su patria.

Viéndose en tan lamentable estado, comenzó a cavilar en lo presto que perdió su salud luego que su esposa pronunció aquella fatídica sentencia. Mas Dios nuestro Señor, que le quería con salud, pero arrepentido, comenzó a infundirle la luz en su alma, a fin de que, conociendo sus yerros, pidiese perdón a Dios, poniendo por intercesora a nuestra dulce Madre María.

Estando embebido y ensimismado en semejantes ideas, quedóse transportado en un dulce sueño, logrando en él la mejor receta para su salud, pues con la viveza con que el sueño representa las cosas, vio a la Virgen Santísima con hábito del Carmen, diciéndole que se impusiera cuanto antes el Santo Escapulario, y con él, juntamente con la vista, recibiría perfecta salud en su alma.

Vuelto en sí, contó a su devota esposa lo que le había pasado. Y ella, llena de gozo y anhelando que recibiera el Escapulario, llamó inmediatamente a su confesor, el cual se lo impuso, escuchando al par su confesión más humilde y fervorosa, y, al momento de recibir la Sagrada Comunión, recuperó de súbito la vista, manifestando el efecto milagroso que la receta, aunque soñada, tuvo un efecto rápido, eficaz y prodigioso.

 

Ejemplo 59.

 

El venerable Fr. Miguel de la Fuente (+1625), dice que, en Palma de Mallorca, a un noble y piadoso caballero, dióle un ataque de hemiplejia hallándose en una casa de campo distante algún tanto de la ciudad. Tan luego como llegaron los médicos y cirujanos de aquel tiempo, determinaron al punto sangrarle, ejecutándolo así inmediatamente.

Viendo, pues, que las medicinas y la ciencia eran impotentes para conseguir la salvación del paciente, recurrieron a todos los medios sobrenaturales. A pesar de ello, le sobrevino al buen señor un colapso que puso en grave peligro su vida, pues los médicos juzgaban que no saldría de él. En tales circunstancias, Leonora Ortiz, terciaria carmelita, que le había encomendado muy de veras a la Virgen Santísima, tomó su Escapulario de la Virgen del Carmen y se lo puso al paciente, diciéndole:

–“Espere en la protección y el valimiento de la Virgen Santísima del Carmen, que Ella, como Madre bondadosísima y misericordiosa, le ha de sanar. Ofrézcale el vestir por toda la vida su santo hábito y tenga grandísima confianza en Ella”.

Así lo hizo, y, recibiendo el santo Escapulario con fervorosa devoción, lo besó con gran respeto, humilde y confiado afecto, y, al punto, con admiración y asombro de todos los presentes, cesó de salir la sangre y se restableció del todo.

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