Actualizado el jueves 14/NOV/13

Una meditación

Si confiáramos en María. 

Si confiáramos más en María Santísima, tendríamos la vida solucionada; y no sólo la vida de la tierra, sino también –lo que es más importante-, tendríamos resuelto nuestro destino eterno, porque la Santísima Virgen no se deja ganar en generosidad por sus hijos, y les obtiene grandes beneficios de Dios.

Efectivamente como Ella es la dispensadora de todas las gracias del Altísimo, salta a la vista que si vamos a Ella con confianza, María nos obtiene grandes favores del Cielo.

Pero hay que saber que para obtener gracias y favores escogidos, hay que ir a María con confianza, pues cuando más grande es nuestra confianza en la Virgen, tanto más Ella nos colma de dones; e incluso a quien confía completamente en Ella, María se entrega completamente a su hijo, y entonces uno goza del Cielo anticipadamente, porque estar con María, poseerla, tenerla como Madre amorosa que está siempre junto a nosotros, es tal felicidad que sólo puede ser superada en el Paraíso.

Hagamos el propósito de confiar ciegamente en María, y aunque las cosas se compliquen y parezca que los problemas no tienen solución, confiemos más y más en la Virgen, hasta el punto de parecer tontos, y entonces veremos lo que son milagros, y quedaremos asombrados de lo que puede esta Doncella ante el trono de Dios.

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