Actualizada el jueves 31/OCT/13  (Tercera entrega)

 

Secretos para bien amar

Darse.

Debemos aprender que para amar realmente tenemos que darnos, porque el amor comporta entrega, y quien ama se entrega plenamente al ser amado, buscando hacerle el bien, incluso sobre su propio bien.

El fracaso de muchas relaciones matrimoniales, familiares y sociales, viene de esta falencia en el saber darse a los demás, en el saber buscar el bien del otro, sobre nuestro propio provecho. Es decir, venciendo el egoísmo es como se sabe amar.

Por eso no hay nadie que ame más que un buen cristiano, pues él y sólo él sabe que la vida es sacrificio, que hay que renunciar a sí mismo, a los caprichos y gustos, con tal de satisfacer a los demás.

Es cierto que quien ama, muchas veces tendrá que sufrir, ya sea porque su amor no será correspondido, o porque por el bien que hace, recibirá males y odio. No importa, lo que importa es que amemos con todas las posibles consecuencias de ello, buenas y malas, pues no otra cosa es lo que nos manda el Señor.

No hay hombre que haya amado más a los hombres que Jesucristo; y sabemos cómo le ha ido. No podemos pretender nosotros ser mejores que Él y obtener más frutos, pues en el mundo es ley que los malos odien a los buenos, a pesar del amor que de ellos reciben. Pero no por ello debemos cerrarnos y odiar. ¡Nunca debemos odiar a nadie y por ningún motivo, porque los primeros perjudicados seríamos nosotros mismos!

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