PortadaActualizado el martes 2/DIC/14

Pensamiento sobre la misericordia

Fuego de amor. 

Me queman las llamas de la misericordia, deseo derramarlas sobre las almas humanas. (Diario #50) 

Comentario: 

Una fuente de calor necesita de objetos que reciban ese calor. Así Dios, que es la Fuente del amor y la misericordia, necesita de almas que reciban ese amor y esa misericordia, porque para eso las ha creado Dios, para colmarlas de sus dones. Pero si las almas no quieren recibir ese calor, ese amor, esa misericordia, entonces se produce un desequilibrio termodinámico y en la vida común de cada día pueden suceder verdaderas catástrofes. Así también puede suceder con Dios, que nos ama infinitamente, y de parte de los hombres, la mayoría de las veces obtiene sólo indiferencia. Llegará un día terrible, en  que el Amor preguntará y gritará el porqué de ese desprecio.

Aprovechemos nosotros, quienes conocemos un poco más de cerca al Señor y sabemos del amor que nos tiene, para acoger ese amor y esa misericordia de Dios, que es el tesoro más valioso al que podemos aspirar en este mundo. Porque si tenemos la Misericordia de Dios con nosotros, lo tenemos absolutamente todo, porque estamos ya salvados y nos espera el Cielo para siempre. Pero ya aquí en la tierra somos cuidados y protegidos por el Señor de manera similar a como la madre cariñosísima protege y cuida a su pequeñito recién nacido.

Entreguémonos a la Misericordia de Dios, abrámosle la puerta de nuestro corazón y jamás nos arrepentiremos.

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