Actualizado el domingo 25/FEB/24

Rayos de Fe

La Iglesia es santa. 

La Iglesia Católica, fundada por Cristo, es sociedad perfecta, divina y humana, porque la dirige y guía el Espíritu Santo que habita en Ella, y también está formada por hombres, que actúan como instrumentos de Dios para extender el Reino de Dios sobre la tierra.

Pero sabemos que allí donde está el hombre, allí mismo también está Satanás, y por eso en la Iglesia se verifican debilidad y pecados en los hombres que forman la Iglesia.

Pero esto no nos debe hacer perder la fe en la Iglesia Católica, sino ser conscientes de que en su parte humana la Iglesia también es santa y pecadora.

Esto ya Jesús nos lo ha dejado entrever en su mismo colegio apostólico, puesto que uno de los mismos apóstoles, Judas, fue el traidor, y era ladrón; en definitiva era un demonio.

Entonces esto ya nos debe servir para no escandalizarnos al ver que en la Iglesia hay miembros que traicionan a Cristo y a la Iglesia. Y esto es así especialmente porque el demonio no se preocupa tanto de tentar a los que están afuera de la Iglesia, sino más bien que pone su blanco en los hombres de Iglesia, pues sabe muy bien que haciendo caer a uno de ellos, arrastra también a muchas almas con su caída.

Debemos creer firmemente en la Iglesia Católica y no dudar de que es la verdadera Iglesia, Santa, fundada por Jesús, que es Dios, y amarla con todo nuestro ser y dar la vida por Ella, sin dejarnos desalentar por los escándalos que se pueden verificar en su parte humana.

Nunca debemos criticar a la Iglesia, porque un buen hijo no critica a su madre, y nosotros somos todos hijos de la Iglesia que es nuestra Madre, ya que nos ha dado a luz en el Bautismo. Entonces sigamos sus enseñanzas.

Recordemos la parábola del trigo y la cizaña, que estarán juntos hasta la siega, es decir, hasta el Juicio Final, y esto también se verifica en la Iglesia Católica, donde los buenos y los malos también conviven juntos hasta la separación definitiva.

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"¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder sacudirlos como trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos." (Lc 22, 31-32)

"Bien sabemos por qué perturbaciones están hoy agitados, en lo tocante a la fe, algunos grupos de hombres, los cuales no escaparon al influjo de un mundo que se está transformando enteramente, en el que tantas verdades son o completamente negadas o puestas en discusión. Más aún, vemos incluso a algunos católicos como cautivos de cierto deseo de cambiar o de innovar. La Iglesia juzga que es obligación suya no interrumpir los esfuerzos para penetrar más y más en los misterios profundos de Dios, de los que tantos frutos de salvación manan para todos, y, a la vez, proponerlos a los hombres de las épocas sucesivas cada día de un modo más apto. Pero, al mismo tiempo, hay que tener sumo cuidado de que, mientras se realiza este necesario deber de investigación, no se derriben verdades de la doctrina cristiana. Si esto sucediera -y vemos dolorosamente que hoy sucede en realidad-, ello llevaría la perturbación y la duda a los fieles ánimos de muchos." (Papa Pablo VI)

Es por eso que he creado esta sección, Rayos de Fe; como quien dice Rayos de Sol, es decir, rayos de luz que fortalezcan nuestra fe y la de muchos. En ella iremos repasando las verdades fundamentales de nuestra Santa Religión Católica, tomando como referencia los artículos del Credo del Pueblo de Dios, compuesto por el Papa Pablo VI.

Esta sección es creada el 29 de junio de 2009, solemnidad de los Santos Pedro y Pablo, apóstoles, a quienes se la encomendamos.