Actualizada el miércoles 23/OCT/13

Evangelio mariano

Anuncio del Ángel. 

Cuando el Ángel Gabriel anuncia a María que será la Madre de Jesús, no le dice, como luego dirá a San José, que Él será el Salvador, sino simplemente que se llamará Jesús y que reinará para siempre. Porque la Santísima Virgen conocía muy bien las Sagradas Escrituras y sabía los dolores por los que tendría que atravesar quien fuera la madre del Salvador.

Aprendamos también nosotros del Ángel Gabriel a no revelar cosas dolorosas a corazones buenos, a no amargarles la vida antes de tiempo a las personas, porque es muy duro a veces el cáliz de dolor que una criatura debe soportar, y se aumenta con las revelaciones del futuro.

Por eso no debemos tratar de escudriñar el futuro por medio de las profecías, sino más bien dejar el futuro en manos de Dios, y aprovechar el presente para hacer todo lo mejor posible, y así influenciar en el futuro con nuestra oración y penitencia. Que si Dios nos quiere revelar algo a nosotros o a otra persona, lo hará sin que intervengamos nosotros.

A veces la verdad no hay que decirla desnuda, pues siempre la verdad debe ir unida a la caridad, y más cuando se trata de revelar sufrimientos a un corazón de madre.

Seamos misericordiosos con todos y no causemos sufrimientos antes de tiempo.