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Saludo de Navidad 

El 25 de diciembre de hace unos 2000 años nació de la Santísima Virgen María, Reina de la Paz; Nuestro Señor Jesucristo, Príncipe de la Paz. Fue en un momento en que el mundo conocido estaba en paz y por eso César pudo mandar realizar un censo en todos sus dominios. Los ángeles también cantaron que habría paz en la tierra a los hombres de buena voluntad. Ahora bien, este mundo no tiene buena voluntad, no quiere convertirse, y por eso va por el camino de la guerra y del odio. A nosotros nos toca ser los apóstoles que lleven la paz de Dios a todos los hombres. Para hacerlo debemos primeramente convertirnos más profundamente y rezar más, y así seremos instrumentos de paz en un mundo en guerra. La paz es el signo de Dios. Lo que viene de Dios siempre nos deja paz en el alma. En cambio cuanto viene del Maligno causa perturbación e inquietud. El demonio, cuando no puede hacernos pecar, intenta por lo menos arrebatarnos la paz del alma. Por eso seamos astutos y no dejemos que nada nos arrebate la paz profunda del alma y preparémosle así un pesebre digno al Príncipe de la Paz que nacerá este 25 de diciembre en nuestros corazones. 

¡Les deseo a todos una muy Feliz Navidad! 

César Alberto


Si lo desea puede ver o descargar aquí una presentación en Power Point sobre la Navidad.