Actualizado el viernes 15/MAR/24

Vivir católico

Seremos juzgados por nuestro obrar. 

Ya Jesús nos ha dicho en el Evangelio que no todo el que le diga “Señor, Señor” se salvará, sino aquél que cumpla la voluntad de Dios, es decir, que cumpla los Diez Mandamientos y las enseñanzas del Evangelio, porque no seremos juzgados por lo que decimos creer, sino conforme a cómo obramos.

Recordemos aquellas palabras del Señor cuando dijo que quien oía sus palabras pero no las practicaba, construía sobre arena y su vida estaba destinada al fracaso.

Ojalá nosotros no nos presentemos al Juicio divino con ruinas, porque nos esperaría la perdición eterna.

Hay que tratar de vivir lo que se sabe, y tratar de saber más de religión, ahondar en el conocimiento, sin miedo a tener que comprometernos más, porque Dios da la gracia para cumplir lo que manda.

Tenemos que ser buenos, pero buenos de verdad. Claro que no sólo con nuestras propias fuerzas, sino contando con la gracia de Dios, que se obtiene por la oración, los sacramentos y las buenas acciones.

¡Cuántos que saben muchas cosas de la fe, pero no las aplican! Tal vez nosotros estemos un poco en este grupo, porque es fácil decir, pero es más difícil hacer.

Tenemos que leer más el Evangelio y tomar al pie de la letra lo que Jesús nos propone, porque así construiremos sobre roca, y los vientos y tormentas que vengan en nuestra vida no nos derribarán, porque estaremos cimentados en la Verdad y tendremos siempre una luz que nos indicará el camino a seguir, pues tendremos la gracia santificante, y con ella lo tenemos todo.

Hagamos buenas obras, sabiendo que Dios nos mira constantemente y llevará a juicio hasta la más insignificante acción y la más simple palabra.

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"El que no vive como piensa, termina pensando como vive"

Jesús dijo a sus discípulos: No son los que me dicen: “Señor, Señor”, los que entrarán en el reino de los cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero ésta no se derrumbó, porque estaba construida sobre roca. Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: ésta se derrumbó, y su ruina fue grande. (Mt 7, 21. 24-27)

Se acercó un hombre a Jesús y le preguntó: “Maestro, ¿qué obras buenas debo hacer para conseguir la Vida eterna?”. Jesús le dijo: “¿Cómo me preguntas acerca de lo que es bueno? Uno solo es el Bueno. Si quieres entrar en la Vida eterna, cumple los Mandamientos”. “¿Cuáles?”, preguntó el hombre. Jesús le respondió: “No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honrarás a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo”. (Mt 19, 16-19)

Esta sección es creada el 26 de enero de 2010, memoria de los Santos Timoteo y Tito, a quienes se la encomendamos. En ella iremos viendo todo lo que necesitamos saber para un vivir católico, es decir, para vivir en gracia de Dios hasta la muerte y salvarnos e ir al Cielo y evitar el Infierno.