Actualizado el sábado 9/MAR/24

Catequesis mariana

Al pie de la Cruz. 

María fue sublime en todos los momentos de su vida, y especialmente en el momento de la Encarnación del Verbo de Dios en su seno virginal. Pero donde llega al culmen de la perfección, es al pie de la Cruz de su Hijo, viéndolo morir y entregándolo por nuestra salvación a Él, a quien amaba ilimitadamente.

¡Qué amor el de Jesús por nosotros los hombres! ¡Pero qué amor el de María por nosotros!, puesto que si Jesús ha dicho que no hay mayor amor que aquel que da su vida por los amigos, en realidad el Señor sabía que hay un amor mayor y es el de María, que dio a quien más amaba por la salvación de los hombres, que éramos enemigos de Dios y de Ella.

Meditemos en los dolores de la Virgen y nos sumergiremos en un mar sin fondo ni riberas, y así entenderemos por qué ahora María está en lo más alto de los Cielos y es solo inferior a Dios. Porque si bien María tiene una relación muy especial y única con la Santísima Trinidad, por ser Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, y Esposa de Dios Espíritu Santo, también María alcanzó ese lugar por su infinito sufrimiento.

Besemos el Corazón Inmaculado de María, que está lleno de amor por Dios y por nosotros, y saquemos de ese Corazón sagrado todo lo que necesitamos para nuestro vivir cotidiano. Es más, vivamos dentro de ese Corazón y consagrémonos a Él, pues es la Casa que Dios ha preparado para sus hijos.

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«¡De Maria numquam satis!: ¡De María nunca se dirán bastantes cosas!».