El Niño.
¡Jesús fue Niño! Este es un misterio tan grande, de que Dios se haya hecho un niñito, que no nos bastará toda la vida para contemplarlo y meditarlo, e incluso por toda la eternidad quedaremos maravillados de este misterio de Dios Niño.
De ello tenemos que aprender nosotros a ser también como niños, porque si Cristo no tuvo reparos en hacerse un pequeñuelo, entonces nosotros, que a veces queremos ser tan “adultos”, debemos aprender la pequeñez y la infancia espiritual del Señor, porque siempre será verdad que al Cielo sólo entran los niños y los que son como ellos.
Jesús fue Niño, y en cierta forma lo sigue siendo, porque Él quiere manifestarse a nosotros en ese aspecto, para no darnos miedo, porque nadie puede tener miedo de un niño, y porque quiere tratar con nosotros de esa forma, para que también nosotros nos hagamos niños semejantes a Él.
Con muchos santos, por no decir con todos ellos, el Señor ha tratado con aspecto de Niño, para traerles alegría, para consolarlos de sus penas, y para infundirles sencillez, como sencillos son los niños.
Y aunque parezca mentira el Señor quiere ser Niño para que nosotros hagamos las veces de padres y madres suyos, porque Dios, quiere necesitar de nuestra protección.
¡Pero cómo!, ¿el Todopoderoso quiere necesitar de nosotros? Sí, y por eso se ha hecho Niño y permanece así por los siglos de los siglos, para que los hombres de todos los tiempos lo cuidemos, cuidemos sus intereses y le amemos y acunemos en nuestros brazos, como lo acunó San José y la Virgen.
Amemos a Jesús. Amémoslo porque Él ha querido hacerse Niño para que nuestro amor sea más espontáneo, porque cualquiera se enternece ante la presencia de un niño, y brota como por instinto la necesidad de protegerlo. Hagamos así con Jesús Niño, y las gracias de todo tipo lloverán sobre nosotros y sobre los nuestros.
¡Alabado sea Jesucristo!
Si desea recibir estos textos por correo electrónico, por favor SUSCRÍBASE AQUÍ.
Hoy más que nunca es necesario conocer a Jesucristo, para amarlo más, ya que nadie puede amar lo que no conoce.
Esta sección creada el 1 de abril de 2010, Jueves Santo de la Cena del Señor, estará dedicada a dar a conocer a Jesucristo, Dios y hombre verdadero, y a hacerlo amar por muchos hombres y mujeres de buena voluntad.
Ojalá estos textos nos enciendan el amor a Jesucristo y, como el apóstol San Juan, reclinemos nuestra cabeza sobre el pecho de Jesús y así vivamos felices en esta tierra, hasta ir a gozar un día del Señor en el Cielo, para siempre.
Encomiendo esta sección a la Virgen Santísima, la que mejor conoció a Jesucristo; que Ella nos guíe en esta noble y necesaria, más aún, vital tarea de conocer al Señor.
¡Alabado y adorado sea Jesucristo!