Actualizado el martes 16/JUL/24

Mensaje a los consoladores de Jesús y María

En todo tiempo. 

Si bien los tiempos litúrgicos como la Navidad y la Pascua, se caracterizan por la alegría cristiana y por un espíritu festivo; también es cierto que en esos tiempos Jesús y María no dejan de sufrir por los pecados de los hombres, y por eso es necesario que los sigamos consolando y pensemos también en sus dolores.

Porque aunque estemos en tiempo de Pascua o Navidad, igual seguimos rezando y meditando los misterios dolorosos del Rosario los días martes y viernes; y también seguimos rezando todos los días las siete avemarías, meditando en los siete dolores de la Virgen.

Entonces está muy bien que estemos alegres en los tiempos litúrgicos de alegría, pero sigamos meditando en los dolores de Jesús y de María, porque Ellos siguen sufriendo por los pecados de los hombres, y aunque no sufren corporalmente, sí sufren espiritual y moralmente por la ingratitud humana.

Hace falta tanta penitencia y compasión, que por supuesto es muy bueno que nos alegremos en los tiempos festivos, pero no perdamos de vista que Jesús y María necesitan que reparemos la frialdad y desprecio de los hombres.

Porque también en la alegría hubo sufrimientos en María y en Jesús. Por ejemplo en la alegría de María por el Nacimiento de su Hijo, estuvo la prueba de San José, el no encontrar alojamiento en la posada, la profecía de Simeón: “A ti, oh Madre, una espada traspasará tu alma”; la huida a Egipto, etc.

Sigamos, entonces, consolando los Sagrados Corazones de Jesús y de María, y meditemos en sus dolores.


Jesús y María están perfectamente gloriosos en el Cielo, pero siguen sufriendo moral y espiritualmente por los pecados de los hombres. Por eso Jesús ha mostrado su Corazón circundado de espinas a Santa Margarita María de Alacoque y a otros muchos santos, indicando con ello el gran sufrimiento que padece. También María ha mostrado a los pastorcitos de Fátima su Corazón rodeado de una corona de espinas y muchísimas imágenes de la Virgen han llorado, incluso lágrimas de sangre.

Este es el momento de consolar a Jesús y María y por ello he creado este grupo, hoy, cerca de la medianoche del 9 de abril de 2009, Jueves Santo de la Cena del Señor. He elegido esta noche porque es la noche en que Jesús y María más sufrieron, Uno en el Huerto de los Olivos mientras sus apóstoles dormían, y la Virgen en el cenáculo, orando y llorando por su Hijo que sufría terriblemente el abandono, la tristeza, la angustia y el miedo.

La misión de los miembros de este grupo será la de consolar a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, con la oración, con los sacrificios, con el cumplimiento fiel de los deberes del propio estado y, sobre todo, con el amor, con muchísimo amor hacia Ellos que dieron todo por los hombres.

Cada día publicaré un sencillo texto que nos ayudará a encender el amor a Jesús y a María en nuestros corazones.

¡Ojalá estos textos den sus frutos y que cada vez seamos más los consoladores de Jesús y María!

Jesús, María, os amo, salvad las almas

 

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