Actualizado el viernes 16/MAY/25

Mensaje a los consoladores de Jesús y María

Consolar al Triste. 

Una obra de misericordia espiritual es consolar a quien está triste. ¿Y quién más triste que Jesús y María por los pecados que se cometen cada vez más en el mundo?

Por eso nosotros, los Consoladores de Jesús y María, tenemos la gran misión de consolar a los Tristes: Jesús y María.

Rezando el Rosario consolamos mucho al Señor y a su Madre, porque en los misterios vamos reviviendo los momentos más importantes de la salvación, y hacemos revivir en los Sagrados Corazones de Jesús y de María los gozos y las glorias.

Las canciones católicas también alegran a Jesús y a María, y por eso tenemos que cantar canciones inspiradas y salmos, puesto que San Agustín ha dicho que quien canta, reza dos veces.

Ofreciendo sacrificios ayudamos a contrabalancear los pecados de la humanidad, y así quitamos de los Sagrados Corazones las espinas de la ingratitud y el mal.

Siendo buenos y cumpliendo los Mandamientos, es como agradamos a Dios y a la Virgen, y le proporcionamos una alegría celestial.

Ellos perdonan mucho, por un poco de amor que les proporcionamos. Amémoslos de tal forma que bendigan, en atención a nosotros, a todos los hombres del mundo.


Jesús y María están perfectamente gloriosos en el Cielo, pero siguen sufriendo moral y espiritualmente por los pecados de los hombres. Por eso Jesús ha mostrado su Corazón circundado de espinas a Santa Margarita María de Alacoque y a otros muchos santos, indicando con ello el gran sufrimiento que padece. También María ha mostrado a los pastorcitos de Fátima su Corazón rodeado de una corona de espinas y muchísimas imágenes de la Virgen han llorado, incluso lágrimas de sangre.

Este es el momento de consolar a Jesús y María y por ello he creado este grupo, hoy, cerca de la medianoche del 9 de abril de 2009, Jueves Santo de la Cena del Señor. He elegido esta noche porque es la noche en que Jesús y María más sufrieron, Uno en el Huerto de los Olivos mientras sus apóstoles dormían, y la Virgen en el cenáculo, orando y llorando por su Hijo que sufría terriblemente el abandono, la tristeza, la angustia y el miedo.

La misión de los miembros de este grupo será la de consolar a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, con la oración, con los sacrificios, con el cumplimiento fiel de los deberes del propio estado y, sobre todo, con el amor, con muchísimo amor hacia Ellos que dieron todo por los hombres.

Cada día publicaré un sencillo texto que nos ayudará a encender el amor a Jesús y a María en nuestros corazones.

¡Ojalá estos textos den sus frutos y que cada vez seamos más los consoladores de Jesús y María!

Jesús, María, os amo, salvad las almas

 

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