Evangelio del día

martes 5/DIC/23 

Lc 10, 21-24 

A los pequeños. 

Al regresar los setenta y dos discípulos de su misión, Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque, habiendo ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes, las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”. Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: “¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven! Porque les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron”. 

Reflexión: 

Dios revela los misterios del Reino a los pequeños. Y con los pequeños la Virgen aplastará la cabeza de la Serpiente al fin de los tiempos. Por eso debemos tratar de ser como niños ya que es la condición para entrar en el Reino de los Cielos. Y ¿cómo es el niño? Ante todo es humilde, confiado en sus padres, amoroso, inocente, obediente y cree todo lo que le dicen sus padres. Así debemos comportarnos con Dios y con María siendo sus pequeños niños que todo lo esperan de ellos.

Pidamos a la Santísima Virgen la gracia de ser sus pequeños niños con los cuales vence al demonio en todo tiempo.

Jesús, María, os amo, salvad las almas.

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