Actualizado el lunes 23/OCT/23

Mensaje a los Apóstoles de la Inmaculada

Nueva Eva. 

María es la nueva Eva, que con su obediencia y humildad, borró lo que Eva había hecho pecando. Por eso tenemos que acudir a la Virgen cuando queremos vernos libres del pecado, pues Ella tiene gran poder sobre el Infierno, y puede sujetarlo para que no nos tiente, o que al menos sus tentaciones sean más débiles.

Nosotros, los Apóstoles de la Inmaculada, debemos tratar de vivir en especial la virtud de la pureza, para conocer mejor las cosas de Dios, ya que los puros de corazón verán a Dios. Y esta virtud no se puede vivir en este mundo sin pedirle ayuda a la Inmaculada, a la Purísima. Porque vivir esta virtud es una gracia de la Virgen, que es Madre de los pecadores, pero con mucha mayor razón es Madre de los puros.

Es imposible, en medio de este mundo dominado por el demonio de la lujuria, el permanecer castos y puros sin una ayuda especial y constante de la Reina del Cielo.

Así que acudamos a María y pidámosle que nos conserve puros, y si perdimos la pureza, que la recuperemos, porque Ella ama a los que le son semejantes, y les comunica sus pensamientos a sus hijos predilectos.

¡Ave María Purísima!

¡Sin pecado concebida!

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