Actualizado el viernes 19/JUL/24

Quince minutos con María

Soy pequeño y desvalido.

María, Madre mía, soy tu hijo más pequeñito y desvalido. Te pido que tengas especial cuidado de mí porque soy el más desprovisto de todos tus hijos y el más débil, porque caigo a cada paso y no sé mantenerme solo en pie sin tu ayuda. Como un niñito de dos meses necesito constantemente de tu ayuda, alimento, calor y consuelo. Sé que estás contenta cuando me puedes acunar en tus brazos y me entrego a ti sin reservas para que hagas conmigo lo que quieras, porque tú me preparas para grandes cosas pero paso a paso. Te amo, Madrecita mía, y te ruego que me muestres a tu Divino Hijo, que es mi Hermanito. Tú eres Madre de ambos y quieres que estemos unidos como miembros de una buena y santa familia. No permitas que con el pecado te ofenda a ti y a Jesús. Antes de cometer un pecado mortal te pido que me envíes la muerte, y como los santos te digo: “¡Morir, antes que pecar!”, porque sé lo terrible que es el pecado grave, que expulsa a Dios del alma. Líbrame de él. ¡Te amo, Madre de mi corazón! Mil besos para ti.


Así como todos los días debemos tener por lo menos unos quince minutos de oración personal con Jesús, de ser posible frente al Santísimo Sacramento; así también es necesario que empleemos por lo menos quince minutos de nuestro día a tratar con nuestra dulcísima Madre la Virgen, de ser posible frente a una de sus imágenes benditas.

Es por eso que hoy, 25 de marzo de 2009, comienzo a publicar estos sencillos textos que tratarán de ser una ayuda en la conversación que mantendremos con Nuestra Señora durante esos quince minutos diarios.

Con esta práctica nos acostumbraremos a hablar con María y con el paso del tiempo nuestro hablar con Ella se hará ininterrumpido.

¡Ojalá estos textos den sus frutos y que cada vez amemos más a nuestra Madre del Cielo!

¡Ave María Purísima!

¡Sin pecado concebida! 

 

Si desea recibir estos textos para hacer todos los días los QUINCE MINUTOS CON MARÍA, por favor SUSCRÍBASE AQUÍ.