María, nuestra intercesora.
Hay que saber ser agradecidos con Dios, pero dado que en este mundo somos pobres viandantes y necesitados de todo, lo que más debemos hacer es pedir a Dios toda clase de favores, que nos auxilie en nuestra necesidad. Y para ello contamos con María, la Madre de Jesús, la Madre de Dios, que tiene poder sobre el Corazón de Jesús y obtiene todo lo que pide en favor nuestro, pues Ella es, como la llama la Iglesia, la Omnipotencia Suplicante, es decir, la Todopoderosa con su Oración. Si queremos obtener de Dios alguna gracia importante, no vayamos solos a Dios, sino busquemos a María y digámosle que le pida a Dios por nosotros, y Ella no nos defraudará.
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