Actualizado el sábado 28/OCT/23

Vivir el Evangelio

Ninguna palabra inútil. 

Dios no hace ni dice nada inútilmente. Por eso el Evangelio, en cada frase y en cada hecho, nos da una guía para nuestra vida de hoy, ya que Dios, cuando habla, lo hace para todos los tiempos y todas las culturas.

¿A qué se debe que hoy el Evangelio se desacredite y se tome como cosa pasada de moda o que es imposible de cumplir?

Se debe a un plan astuto del demonio, que quiere alejarnos de la Palabra de Dios, en la que hay vida eterna.

Entonces tenemos que leer, meditar y “rumiar” todos los días al menos un capítulo del Santo Evangelio para llevarlo a la práctica aquí y ahora, pues Jesús, que es Dios, no dijo ni hizo nada inútilmente. Él pensó en cada uno de nosotros cuando actuaba y hablaba, y nos ha dejado las normas más perfectas de vida en el Evangelio. En él encontraremos todas las soluciones a todos nuestros problemas y preguntas, porque su autor es Dios mismo, y quien sabe leerlo, encontrará el agua viva de que habla Jesús con la samaritana, y ya no tendrá más sed de ningún otro libro ni conocimiento.

Encarnemos en nosotros lo que nos enseña este “librito”, porque no es letra muerta sino que es Palabra de Dios, viva y operante, y cada vez que lo leemos bien, no nos deja indiferentes sino que nos mejora y nos santifica.

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Todos los males individuales, familiares, nacionales y mundiales, vienen de no practicar lo que dice el Santo Evangelio.

Ya lo dice Jesús mismo, que el hombre que escucha sus palabras pero no las practica, se parece a uno que edificó su casa sobre arena, y que al soplar los vientos, desbordarse los ríos y embestir contra la casa, ésta se desmorona y queda una gran ruina.

Pues así sucederá con aquel que oiga o lea el Evangelio, pero que no se esfuerce en practicarlo. Se encontrará que al final de su vida, su casa, es decir, su alma, estará en ruinas. Y ya sabemos para qué son buenas las ruinas, para demolerlas del todo porque no sirven para nada. Y así será para nuestra alma, que será desechada para siempre en el Infierno.

Obrar de acuerdo al Evangelio, es lo que nos hará felices en el Cielo y ya desde esta vida, porque no hay nadie que sea más feliz que aquél a quien su conciencia no le reprocha nada.

Y por otro lado, quien no actúe de acuerdo al Evangelio, será infeliz para siempre en el Infierno, y su infelicidad ya comenzará desde esta vida terrena.

Por eso en esta sección, creada el 11 de Septiembre de 2011, iremos exponiendo las enseñanzas del Evangelio y el modo de llevarlas a la práctica en nuestra vida cotidiana, para hacerlas carne en nosotros y así edificar la casa sobre roca.